TITE
CURET:
UN PERIÓDICO DE SIEMPRE
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Por:
Dr. Luis Delgado Aparicio Porta "Saravá"
Cortesía: Mambo-Inn
Fotos: Archivo
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A
Catalino Curet Alonso, El Tite, tuve la fortuna de conocerlo a través
de sus canciones. Ya después, en Puerto Rico, cultivamos
una amistad que se ha mantenido en la distancia. El es figura primordial
de la composición salsera y uno de los baluartes de mi propuesta
de música afrolatinacaribeñoamericana planteada en
mis programas de radio y televisión. Su producción
sobrepasa las mil canciones, de las cuales unas setecientas han
sido grabadas por los personajes más importantes de la música
del Caribe, como Tito Rodríguez, Celia Cruz, Cheo Feliciano,
Rubén Blades, Ismael Miranda, La Lupe, Héctor Lavoe,
Fania All Stars, Vitín Avilés, y por artistas de otros
géneros, como Sandro de Argentina y el grupo Menudo.
Su
estampa mulata coronada con sombrero es parte del paisaje imprescindible
de la hermosa ciudad de San Juan, donde es común verlo conversando
con músicos, artistas de la calle, bohemios, artesanos y
gente común y corriente en quienes se inspira su frondosa
obra. Claro, si bien cursó estudios universitarios de Sociología,
Farmacia y Periodismo, es en la calle donde aprendió a conocer
la vida.
Por eso es tan
importante para él mantener contacto con la gente y por tal
motivo no pudo tener mejor oficio que el de cartero.
Catalino nace
el 12 de febrero de 1926 en el barrio del Hoyo Inglés, en
Guayama (Puerto Rico), una región de cañaverales.
Cuando aún no cumplía los dos años de edad
se muda con su madre al Barrio Obrero de Santurce, de donde son
otros grandes músicos de La Isla del Encanto, como Daniel
Santos, Tito Rodríguez y Andy Montañez. Allí
define su vocación por la música. Sus amigos de colegio
recuerdan que se escapaba de algunas clases por asistir a los ensayos
de los grupos de bomba y plena de su barrio. Las inclinaciones artísticas
le vienen por su padre, quien era profesor universitario de español
y músico aficionado. Pero no todo fue inquietud, sensibilidad,
calle y carpeta, pues el joven Curet sigue cursos de teoría
musical y solfeo.
Vale más
un guaguancó
Se
inicia como periodista deportivo del diario La Prensa de Nueva York,
pero luego se cambia al periodismo de espectáculos, donde
navega a sus anchas. En 1965, Joe Quijano y su Conjunto Cachana
le graba su primera canción: el son Efectivamente. Sin embargo,
el mismo Tite ubica su inicio en 1968, cuando la vehemente bolerista
conocida como La Lupe graba La tirana, un bolero escrito originalmente
para Roberto Ledesma. El tema calzaba mejor con el desplante y la
irreverencia de la cubana:
"Según
tu punto de vista yo soy la mala vampiresa en tu novela la gran
tirana. Cada cual en este mundo cuenta el cuento a su manera y lo
hace ver de otro modo en la mente de cualquiera".
El éxito
de este bolero fue desbordante y luego siguieron otros, como Puro
teatro y Carcajada final, a manera de una saga apasionada y tormentosa.
El cartero mulato
reconoce como su mentor a Pancho Cristal (su verdadero nombre era
Morris Pelman), productor de Tico Récords, quien le brinda
las primeras oportunidades:
"Fue mi
puerta abierta, mi émbolo y empujón necesarios para
yo emprender carrera dentro de un campo sumamente difícil
por lo competido: la composición musical", ha dicho.
La
revista Latin Beat de febrero del año pasado le dedicó
su portada y el interesante artículo, Primoroso cantar, en
el que Elmer González señala: "el periodismo
me gusta más que la música", ha dicho el autor
de Tiemblas y Temes. Constantemente repite que le gusta escribir
con pocos o ningún adjetivo, característica del periodismo
noticioso. Sin lugar a dudas, Curet Alonso muestra su alma de narrador
en sus canciones. Sus textos utilizan palabras comunes y sencillas.
Establece y desarrolla sus temas en pocas palabras abordando lo
esencial sin rodeos. Es sucinto. Averigua cosas y luego cuenta historias.
Algunos le llaman "el cronista del amor". No utiliza un
estilo poético. Prefiere, como hacía su compositor
favorito Pedro Flores, usar lenguaje sencillo sin recurrir a lo
que denomina como "ser intelectualista" a la hora de componer".
Es cierto, su
obra tienen el aliento de la noticia. Es como un periódico
cantado a través del cual nos enteramos del modo de ver el
mundo en esta parte del continente. En este sentido y junto a Rubén
Blades conformará la dupla por excelencia de la llamada "Salsa
narrativa" y "Salsa conciencia".
El éxito
de Tite Curet se debe también a su capacidad de sicólogo
empírico, al don de haber sabido escoger con exacta propiedad
a los Intérpretes de sus canciones que en los setentas, en
pleno boom salsero, lo convierten en el compositor principal del
sello Fania.
Nadie imagina
sino a Héctor Lavoe cantando Periódico de ayer y Juanito
Alimaña, a Celia Cruz en Isadora, al guarachero Pete "El
Conde" Rodríguez en La esencia del guaguancó,
a Ismael Rivera en La Perla "el barrio más sabroso"
y a Cheo Feliciano Anacaona o Los entierros.
Marejada feliz
César
Miguel Rondón en su libro Crónica de la música
del Caribe urbano: El libro de la salsa divide la producción
de Curet en tres temáticas: la festiva, la social y la amorosa.
En la primera están Tú loco loco y yo tranquilo por
Roberto Roena y La esencia del guaguancó por El Conde Rodríguez.
Lo
interesante en el segundo apartado es que al inicio hay referentes
de la esclavitud (Babaila, Un toque pa' Yambaó), y canciones
propiamente sociales, como Los entierros, Plantación adentro,
Juan Albañil y Pueblo Latino.
En el rubro
de lo amoroso su obra se divide en dos. Por un lado tenemos al bolerista
y aquí su presencia adquiere importancia mayúscula.
Temes, Tiemblas y Mi triste problema son tres piezas de los nuevos
bríos que coge el bolero gracias a Curet y a cantantes de
la salsa, en especial Cheo Feliciano y Héctor Lavoe.
La segunda división
de lo amoroso tiene que ver con innumerables melodías guaracheras
que retratan el sentimiento universal desde el punto de vista del
barrio, sin la atmósfera rosa de la balada. Nos referimos
a Marejada feliz por Roberto Roena, Vale más un guanguancó
por Ray Barretto, Trizas por Cheo Feliciano y Piraña y Barrunto
por Héctor Lavoe y Willie Colón.
Además del toque caribeño, Curet es un apasionado
de la música de Brasil y lector de Jorge Amado.
Por eso quiso
aprender a la perfección el portugués y lo consiguió
y le ha ayudado para componer las versiones en español de
varios artistas brasileros, como Nelson Ned, que gracias a él
pudo incursionar en el mercado hispano. Es más, entre sus
adaptaciones brasileñas a la salsa figuran Usted abusó
y La paz de tu sonrisa, y creaciones como La palabra adiós
que grabó Rubén Blades con pasajes de samba acompañado
de Fania All Stars.
A mi modo de
ver, aún está por medirse el enorme aporte de Tite
Curet. Pero ya hay algunos atisbos desde el lado académico.
Por ejemplo, el sociólogo puertorriqueño Angel Quintero
Rivera escribe en su libro ¡Salsa, sabor y control! Sociología
de la música "tropical" (Premio Casa de las Américas
de 1998): "a finales de la década de 1970, cuando todos
hubieran pensado que la gran bailarina de ballet de comienzos de
siglo, Isadora Duncan había sido totalmente olvidada en el
mundo popular del Caribe, el más importante compositor de
la salsa, que no es un músico profesional, sino un mulato
empleado de correos -Catalino "Tite" Curet Alonso- le
dedicó una canción, que muy pronto llegó a
los más altos escalafones del hit parade:
"Cuando
bailó, se liberó tal vez, auténtico fue el
mensaje de Isadora... Isadora Duncan formó la liberación
Isadora Duncan leyenda que no murió"
A través
de este homenaje salsero a esa revolucionaria bailarina de ballet,
Curet Alonso afirma el carácter amplio, humano-universal,
de algunos de los más profundos valores de la cultura alternativa
-contrahegemónica- que su música de salsa representa..."
Ni más ni menos. Esto afirma también la generosidad,
apertura, universalidad y amplitud del género musical llamado
Salsa.
Su música
es para siempre
Tite ha tenido
muchas deferencias con mi persona. Cuando hacía radio me
envió un extenso monólogo contándome la historia
de sus éxitos y, recientemente, una nota en la que me manifiesta
su enorme satisfacción porque nuestra cantante Susana Baca
ha convertido su clásico Las caras lindas (tema que inmortalizara
Maelo y lo universalizara Celia Cruz en su homenaje) en un himno
de la negritud con ritmo afroperuano:
"Por eso
vivo orgulloso de su colorido somos betún amable de clara
poesía tienen su ritmo, tienenm melodía las caras
lindas de mi gente negra".
Aquí
sus canciones tienen las características de un culto, pues
Anacaona, Trizas, Juanito Alimaña, Barrunto y muchas otras
siguen sonando en las fiestas de los barrios junto a los éxitos
de moda. Curet lo sabe. En su momento comentó que su hermoso
tema Galera Tres, cantado por Ismael Miranda, "estaba siendo
un best seller en el Perú..." .
Tiene la necesidad
compulsiva de hacer canciones y de buscar otros caminos. Por eso
tiene preparados vallenatos y números en onda de "música
nativista", o sea la que fusiona el folclor caribeño
(incluyendo el anglófono) con un toque más contemporáneo
y juvenil. Además, viene anunciando dos libros, uno de poemas
y otro sobre Rafael Cortijo.
En 1993 publicó
el libro La vida misma, un compendio de artículos sobre artistas,
situaciones vividas y estampas sobre diferentes lugares de su país.
Se trata de una deliciosa publicación para acercarnos al
mundo íntimo de este compositor fundamental.
Conferencista en universidades, productor de radio y de espectáculos,
ha obtenido muchos premios por sus canciones. Si bien su fuente
de inspiración es su isla, sin embargo sus canciones son
muy latinoamericanas e incluso se han dejado escuchar en algunas
películas de éxito mundial, como Mujer al borde de
un ataque de nervios de Pedro Almodóvar y El padrino II de
Francis Ford Coppola.
Puede ser descriptivo
como analítico en cada una de sus obras, por eso se le considera
junto con Pedro Flores y Rafael Hernández, la trilogía
boricua autoral.
Con Tite se
puede decir, que cuando uno escucha su música, esta es para
siempre; como la religión, para toda la vida.
Le escribió
a la princesa taína Anacaona, a la guahatabeya Salomé
y a la siboneya Naborí.
Por último,
cuando Cheo Feliciano sale del infierno en que vivió, ya
recuperado, allí estuvo Tite "ayudando a su amigo"
con una impecable grabación para el sello Vaya (VS- 21-1973).
¡Saravá!
Octubre
2003
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