Y
como dijeran algunos... “nadie sabe, nadie supo” a
qué se debió el retraso de aproximadamente una hora
que el boricua tuvo en su presentación del pasado fin de
semana en un abarrotado Salón 21, actuación que
inicialmente estaba programada (según horario de los boletos)
para presentarse al filo de las 23:00 horas, pero corrían
y corrían los minutos y el Caballero de la Salsa
no saltaba al escenario.
Pese a que
pudimos disfrutar de una exhibición de bailarines de salsa,
ésta no fue suficiente para distraer a los asistentes (un
tanto impacientes) quienes a tanto esperar, no tuvieron otra alternativa
que comenzar a silbar y entonar el ya famoso cántico típico
de un partido de fútbol, “…uleeeeeeeero”.
Así,
exactamente cinco minutos antes de la media noche, comenzaría
su presentación luego de un año de ausencia en nuestro
país, actuación que arrancaba a la par de la del
también salsero boricua Michael Stuart quien hacía
lo propio en el Salón La Maraka de la Colonia Narvarte.
Sin bigote,
ni barba de candado muy marcada, elegante como siempre,
Gilberto Santa Rosa daría inicio con la cabalgata
de bellas y románticas tonadas, que dicho sea de paso,
iban ad hoc con el mes del amor y la amistad.
Decenas de
asistentes a la velada disfrutaron de temas que están muy
arraigados en el corazón de los salseros de México:
“Perdóname”, “Vivir sin ella”,
“Sombra loca” y “Si te dijeron”.
Y para los
que gustan de mucho más movimiento, “El Apartamento”,
les cayó como anillo al dedo.
En esta ocasión,
el salsero boricua se vio mucho más comunicado con su público,
cosa que no había hecho en ocasiones anteriores, tanto
así que se dio y les dio el gusto a unos venezolanos de
complacerles con “Caballo viejo”.
De manera
improvisada también nos regaló “Déjame
sentirte”, que aunque un tanto diferente a la versión
original, dejó satisfechos a aquellos seguidores del oriundo
de Santurce y recién ganador de su primer Grammy por “Mejor
Álbum Tropical”.
Mención
aparte tendría el intento de medley -en versión
bolero- que hizo de canciones tradicionales mexicanas y que a
muchos (no sólo al público, sino también
a sus músicos) dejó desconcertados, pues aunque
un tanto bizarro, gustó a sus seguidores.
En general,
habremos de decir, que fue un concierto interesante pese al retraso
y que, en su conjunto, fue mitad bolero y mitad salsa aunque sin
duda alguna, a los mexicanos nos gusta más presenciar su
espectáculo enfocado a la salsa.
Febrero
2007
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