Así es, tal como Americasalsa.com se lo anunció oportunamente, Luis Enrique Mejía López El príncipe de la Salsa, visitó la ciudad de México luego de casi seis años de ausencia y esta vez lo hizo para presentarnos un par de conciertos de primer nivel en el prestigiado recinto de la Colonia Granada.
Y aunque la respuesta en asistencia no fue quizás la más esperada durante la primera noche, Luis Enrique demostró porqué es considerado El príncipe de la Salsa. Sus dotes musicales, la calidad con la que hace estremecer las cuerdas de su guitarra y su indiscutible calidad vocal lo colocan en un lugar privilegiado dentro de la salsa.
Acompañado por una orquesta integrada por músicos cubanos, puertorriqueños y dominicanos, el nicaraguense brilló con luz propia a partir de la media noche. Su dominio del escenario y el basto repertorio que interpretó hicieron de esta noche de amor y de amistad una de las más emotivas para quienes allí acudimos. Tu no le amas le temes, Mi mundo, Lo que pasó entre tu y yo...pasó, San Juan sin ti, Date un chance, Amiga , Así es la vida y por supuesto Qué se yo, Alma Rosa y Te extrañaré, temas de su más reciente producción discográfica, evidenciaron que la música de Luis Enrique sigue vigente y que ni los fallidos intentos por interpretar pop han incitado la infidelidad de sus seguidores.
Entrevistado en la instalaciones del Núcleo Radio Mil horas antes de su primera presentación y en donde por cierto hubo un emotivo reencuentro con Tony Vega (a quien por cierto dará un tema para que sea incluido en la próxima producción del boricua), Luis recordó con gusto la entrevista que AmericaSalsa le realizó vía telefónica desde Miami, y, ahora sí, en persona, nos confirmó el nombre del disco que estará listo en abril de este año y que llevará por nombre Transparente, una producción de Sergio George que incluirá ocho salsas, dos baladas y que por supuesto incluirá el sello y las composiciones de él mismo.
Es importante destacar que a pesar de ser esta una de las visitas más esperadas del 2002, la difusión no fue la apropiada, pues de otra forma no se podría explicar la escasa asistencia a dos de las presentaciones de mayor nivel ofrecidas en la ciudad de México.
 Febrero 2002
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