Se apagó una de las voces de la salsa y el bolero, de mayor importancia en los últimos 30 años en Santiago de Cali. Héctor Ranulfo Viveros Palacios, un negro grande con potente voz, de laringe perfecta y mejor entonación. Con una tesitura difícil de encontrar en cantante alguno. Todo un potencial interpretativo.
Compartir con él en una presentación, era sentir que un hermano estaba cantando en tarima. Siempre tenía en su mirada el reflejo de una persona dulce pero firme en sus convicciones, un hombre de mirada sincera y emotiva.
Su compañero eterno de mil batallas en tarima, Leo Sarria, manifiesta que con él llegó a una total compenetración y que alcanzaron un nivel muy alto de amistad en solidaridad, respeto y cariño. Desde cuando se conocieron en la orquesta Internacional Los Niches, se sembró una semilla de compañerismo. “Es que fueron muchas las tarimas en las que estuvimos cantando Héctor y yo”, manifiesta Leo con los ojos encharcados y con la voz entrecortada.
Mientras hablo con Leonel “Leo” Sarria, rebobino la película de mi memoria y empiezan a pasar como en un triste pero a la vez emocionante magazín, los cuadros imagen por imagen, vividos con el gran Héctor Viveros, o “Cuqui Viveros” como también le decían sus compañeros de la melodía.
Recorriendo sus discos
Desempolvando recuerdos y hurgando en mi discoteca, encuentro en los anaqueles, algunos discos de larga duración en los que participó con su cañón vocal. De la época de la orquesta Internacional Los Niches, y en su voz, de los jóvenes de la década de los 80 quién no cantó, bailó o se emocionó con temas como “No vuelvo más” con arreglos de Dorancé Lorza. O, “Mujer contra Mujer” con arreglos de César Monjes “Albóndiga”. “Saludo de Pueblo” tema arreglado por Andrés Viáfara “El Humilde”. “El Gran Conquistador” que le valió a Héctor grandes reconocimientos en países como Ecuador, Perú y otros, además de Colombia donde gozaba de gran popularidad. Sigo mirando las carátulas de LP´s de Los Niches, y me encuentro con el álbum “Originalmente Los Niches” y dejando pasar la aguja del tornamesa sobre el surco del vinilo, un gran gusto poder escuchar su voz interpretando de Pablo Milanés “Te quiero porque te quiero”, o “Mucho Negro pa´ella” y junto a Edgar Espinoza y Gustavo Rodríguez, “Altanera”.
Sigo viajando en el tiempo, y aparece el LP, “Tocando Madera”, el primer álbum publicado, después del rompimiento que tuvieron los músicos con Jairo Varela del Grupo Niche en diciembre de 1987, y que ocasionó no solo la creación Los Niches, sino también todo un trastorno en la programación del lanzamiento de la feria de Cali de ese año. El LP fue publicado en 1988, y la responsabilidad vocal estuvo a cargo del gran Héctor Viveros y de Fabio Espinoza, quienes además colaboraron en los coros. Sigo avanzando, o mejor devolviendo en el tiempo las piezas discográficas de grandes recuerdos, y llego a un LP del Grupo Niche que no fue publicado por Codiscos, sino por Discos Orbe de la ciudad de Bogotá. En este álbum a Héctor le corresponde cantar dos temas, “Tiempos de ayer”, el número tres del lado A y que le da el nombre al álbum, y “Va pregonando” que es el corte dos del lado B. Recordemos que Héctor estuvo en los inicios mismos del Grupo Niche, incluso, como lo manifiesta Álvaro del Castillo, “Cuando yo llegué al Grupo Niche, Héctor ya era cantante de la agrupación.”
Quién puede remplazar su potente voz
En el sepelio me acercó el bailarín y director de la academia Swing Latino, “El Mulato” Luis Eduardo Hernández, para preguntar, “Y con quién van a reemplazar en Boleoro esta tremenda voz?” Difícil respuesta, porque en Cali hay grandes cantantes, pero ninguno con el registro y potencia de la voz del gran Héctor Viveros.
Seguía escuchando los temas grabados por Héctor e iba cobrando profundidad la pregunta que me hiciera El Mulato. Continuaba escuchando su voz cantando con diferentes agrupaciones, y sí, concluía, será bien difícil encontrar una voz que asuma vocalmente esa responsabilidad.
Con Boleoro y la Cali Salsa Big Band
En los últimos años y desde su fundación, Héctor compartió la delantera vocal de la Agrupación Boleoro, con Leo Sarria. En el primer semestre del año pasado publicaron su primer CD, “La selección Colombia del Bolero”, en el cual Héctor interpretó “Piel Canela”,” Reconciliación”, “Cómo fue” y “Todo me gusta de ti”, y a dúo con Leonel “Leo” Sarria, “Esposa Divina”, “Falsaria” y “Si te contara”. Precisamente el director de la agrupación Boleoro, Carlos Córdoba, lo llamó a participar en el proyecto que iniciaba convocando a grandes maestro de la música en Cali, y aunque Héctor seguía presentándose como solista respaldado por orquestas de los diferentes países a los que era invitado, aceptó la invitación del maestro Córdoba y de manera comprometida, aportó su talento para lograr que se consolidaran como la orquesta más importante del bolero en la Colombia actual.
El maestro Viveros iba retomando el sitial de honor en la cancionística popular bailable desde la orilla del bolero, aunque por su capacidad de interpretar eficientemente ritmos afrolatinocaribeños, el año pasado, el maestro José Aguirre lo invitó a grabar una canción que se incluiría en el álbum “Lo que trajo el barco, José Aguirre y su Cali Salsa Big Band”, interpretando con lujo de calidad y sentimiento, el montuno de Ricardo Maldonado Morales “Richie Ray” y Roberto Cruz Feliciano “Bobby Cruz”, “El Mulato, que a manera de homenaje el profesor Manolo Vergara, lo difundió en el potente equipo de sonido que tiene en su wagoneta de El Habanero, acompañando durante todo el recorrido, el cortejo fúnebre que llevaba los restos mortales de Héctor Viveros, hasta su última morada.
La despedida
La capilla del camposanto estaba totalmente llena de amigos, familiares y colegas. Sentimientos encontrados de tristeza y alegría. Tristeza por saber que sería el último adiós y que jamás volveremos a escuchar su voz frente a un micrófono divirtiendo a melómanos y bailadores. De alegría, porque todos sus amigos le cantaron en salsa y bolero, los temas que él grabó. Sus amigos y compañeros de profesión, sonearon despidiéndolo con frases nacidas del alma y del corazón.
La secretaria de cultura de Cali, Luz Adriana Betancourt Lorza, se hizo presente para leer un decreto de honores y anunciar la celebración el próximo jueves, de un acto en homenaje al músico fallecido, dentro del programa Jueves del Samán, que lidera la cantante Carmen González.
Sus últimas presentaciones
Héctor se presentó por última vez en Cali, cantando con Boleoro, en la calle de la feria, el día 29 de diciembre. Ese día, cuenta Leo Sarria, se sentía indispuesto como secuela de una gripa que no se quería ir del todo. Sin embargo debía viajar a Perú a atender un compromiso para la fiesta de San Silvestre, en un prestigioso club social. Viajó con su esposa Claudia Mondragón, y al llegar a Perú, tuvo que ser atendido con oxígeno para superar la afección aparentemente respiratoria que tenía. Se subió y cantó el 31 de diciembre a amanecer 1º de enero del presente año, literalmente enfermo. Al terminar tuvo que ser atendido por los facultativos que finalmente lograron estabilizarlo. Viajaron nuevamente a Colombia y al llegar a Cali, tuvo que ser internado. Después de varios exámenes médicos, se diagnosticó una arritmia cardíaca, un corazón crecido y la obstrucción de una válvula del corazón. Le determinaron que tenían que operar lo más pronto posible, y que después de la cirugía, el período crítico eran las 48 horas siguientes. Dijeron los médicos, si las pasa, se asegura su supervivencia. El viernes 5 de febrero a eso de las 11 de la mañana ingresó al quirófano en la Clínica Farallones. La cirugía concluyó con éxito, ahora todo dependía de la recuperación. Después de la operación, fue remitido a la unidad de cuidados intensivos, donde lastimosamente, hacia Las 8 y media de la noche de ese viernes 5 de febrero, su corazón no aguantó y falleció, apagándose para siempre una de las más bellas y potentes voces de la salsa y el bolero, la de Héctor Viveros.
 Febrero
2016
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