Mendo Son
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Mendoza era una fiesta,  remedando a Ernest Hemingway “Paris era una fiesta” recurso repetido cuando no hay adjetivos más creativos a mano auque lo vivido la noche del viernes 23 de Julio me recordó que hubo un tiempo, (va desde –aproximadamente-- el 93 y el 2000) que en Buenos Aires hubo salsa a granel: Wiillie Colon, Juan Luis Guerra, Celia y el Canario (producción de Jorge Romero), La Combinación Perfecta con todas sus estrellas Cheo Feliciano y Marc Anthony incluidos. La India, El Canario, Oscar D´Leon, El Gran Combo todos estos en la Máquina de la Salsa de Eduardo Passeggi y partir del 98 la ola cubana Los Van-Van , N.G. La Banda , Paulo FG , La Charanga Habanera  los tradicionales de Cuba Compay Segundo, Eliades Ochoa …luego ya se sabe, hubo una crisis política muy profunda y desbarató todo porque los costos se fueron a las nubes de la fantasía del 1 a 1 se a fue a la realidad del 4 a 1… se había terminado la mentira menemista.

Ud se preguntará porque este contexto?, a cuento de que?; sucede que el declive también fue acompañado por un paulatino cambio de eje de ese disfrute de la música como se siente, dejó de ser el baile social nada más que eso y se pasó al chaleco de fuerza que los profesores le comenzaron a poner al baile y este dejó de ser baile en si mismo o como puedas para tener que bailar “como” y pertenecer “a”.

A eso le siguió el baile primero y la música después, la consecuencia: la mecanización del baile. Este invento de Eddie Torres fue el socorro de muchos sordos que no distinguían una tumbadora  de un bongó, una tumbadora de un quinto o pensaban que el güiro era un rallador de pan duro. Sumarle a esa situación la catástrofe de Cromagnon y el panorama quedó completo.

Esta descripción y este racconto es porque este viernes en Mendoza me reencontré con ese espíritu festivo que debe tener todo encuentro con la música. Organizadoras con una poderosa capacidad de convocatoria me refiero a Lorena Fredes y Mariana Cabezas y colaboradores de la Asociación Cultural Cuba En Mendoza que organizó la presentación de dos bandas una local y otra de Neuquén …(bastante lejos, vio?) dentro del proyectado concurso de bandas que comenzó en Cuba Mia y que promociona este sitio. El desborde de público y su entusiasmo me retrotrajeron a la cosa espontánea y participativa, a la falta de prejuicio, al  bailar por acompañar y nada mas, esa manera tan natural de decir presente.

La banda de Neuquén Kumba Son, una formación de corte tradicional tanto que  su sonido nos lleva a los antiguos sextetos y septetos porque hasta su percusión tiene esa característica (iba siempre atrás), el piano (Diego Bascur) le da el toque que Arsenio Rodríguez incorporó para los Conjuntos,  pero es esa magnifica trompeta sin vibrato (Amadeao Bonaiuta) lo que confirma  esa semejanza; el sonido de la flauta (Brendali Cordero) bellísima además le da el color que los acerca a sonidos más modernos pero no hay ruptura con la tradición de su propuesta y sobre todo porque la primera línea con los Cubanísimos Cosme y Damian Davila no dan respiro con su oportuno soneo y Cosme que se baila todo.

Una disgreción; sería bueno que muchos recién llegados a la rumba vieran a bailarines auténticos y no malos imitadores como los que ya están pululando. Todo Kumba Son bajo la dirección musical de su percusionista Lisandro Ignacio Gentile suena por demás afinado y el resto de la percusión se completa con Gustavo Daniel Quaglia, quinto, Florencia Moreno, bongo y Nicolás Coronado, congas. Los otros sostenes son Nestor Mazzoni, guitarra, Raul Becerra, bajo. Moliendo Café uno de los clásicos de la noche (recuerdo la versión de Ismael con Cortijo y su Combo, la de Rolando La Serie) de larga tradición en la música tropical y pese los grandes interpretes que lo han hecho una y otra vez esta versión no desentona para nada en la comparación es una muestra porque hubo bastante más.

La poderosa banda local La Levingston Colmenares  es una formación típicamente salsera con lo mejor de la tradición de las bandas de los 70 y un repertorio acorde, abrieron con un tema de Spanish Harlem  “Un Gran Dia En El Barrio” y  esa muestra sirvió para enardecer a su parcialidad con toda justicia, es por demás parejo el desempeño de estos profesionales que se ve que lo que lo hacen lo tienen bien escuchado y mejor interpretado; su pianista Nicolás Diéz en sus breves intervenciones me pareció de esa raza que llevan el “tumbao” bien incorporado como el ABC de esta música. Los vientos muy atinadas en sus intervenciones tanto en los solos como en los coros Luis Rojas en Trombon, Luis Oropel en el Tenor, Polito Antchagno en la Trompeta que metió sobre agudos a lo “Sandoval”, Juan Molina en Flauta y también en coros. Los percusionistas Santiago Servera Congas y coros, Pablo Contreras en la campana el bongó y los coros, Fabio Garro en Timbales. La voz principal está a cargo de Walter Ulloa inspiración y soneos.

Luego de la exposición de ambas bandas, creo que fueron seis temas cada una más el bis, fue la decisión del publico que con sentido de asamblea popular pidieron “los a dos a la final” y así fue. El sentido fraternal se puso de manifiesto en el broche de cierre con las dos bandas en escena para el deleite de los que esa noche – y fueron multitud-- en forma generosa se acercaron a “ver” de que se trataba y con seguridad no se fueron defraudados y con la esperanza de que la Asociación Cultural Cuba En Mendoza repita.

Lo muy bueno y positivo de estos encuentros de músicos es que en este caso ya intercambian fechas para futuras actuaciones tanto en Neuquén como en Mendoza. La música siempre hermana, nunca divide. Salute.

Agosto 2010